lunes, 19 de diciembre de 2011

NIEVE

Esperando, cauto, el blanco manto que presagia la Navidad. Las luces inermitentes de la calle crean la magia de la felicidad, mientras en casa el abeto de plástico contempla desde la ventana el vaivén de transeuntes embolsados y encajados. El ruido de fondo de la televisión asegura la llegada de la nieve, hoy, en plena Nochebuena. Voy al armario a coger las guirnaldas y adornos que decorarán mi solitaria vida un año más. Una bola plateada cae al suelo y se aloja en un rincón, entre el polvo de viejos recuerdos familiares y alegres. Los años se han llevado el regocijo paternal, la inocencia de la niñez, la parsimonia de los abuelos. Mi casa no huele a cena, los fogones están atorados, no hay comensales en mi mesa. Dejo de nuevo la caja en el suelo. Mañana, que es Navidad, pondré en la puerta algo de muérdago para que los vecinos se besen debajo de él. A contraluz veo manchas que se reflejan en la pared. Es la nieve. Blanca y casta, pura y fugaz. No durará mucho, la brisa del mar la derretirá, pero mientras dure el espectáculo, apoyaré mi frente en el cristal mientras mordisqueo el rancio turrón del pasado año. 

sábado, 10 de diciembre de 2011

CRISIS

El mundo se derrumba. No hay salvación. Las luchas intestinas entre el poder y el pueblo han llegado a su fin. La indignación y la rabia han acabado con la especie humana. La deuda y el débito para con el poder y el dinero, nos han convertido en seres fríos y calculadores que matan por placer. El compañerismo de tiempos pasados se convierte en egoísmo egocentrista anodino y pusilánime. Nuestras cuentas bancarias reducen ceros en pos de la imposición. Me veo sentando en una callejuela esperando la sopa con mi bote de latón mientras los mandamases enervan la bandera del capitalismo rancio paseándose en sus landós con sus sombreros de copa. La crisis nos invade, nos llena de telarañas el corazón y las entrañas. Nos empuja a la destrucción propia gracias a los vapores del alcohol y otras sustancias que nos llevan a torres de marfil llenas de narcotizantes realidades. Unos paisajes del alma que hacen descansar nuestra mente cavilante que no cesa de discurrir para conseguir el pan del mañana. Espero un plato caliente de la filantropía de antiguos ricos porque la sociedad ha perdido el espíritu de rebeldía. Somos marionetas de la opulencia y de las finanzas. Solo nos queda el lamento, solo nos queda la muerte.

jueves, 1 de diciembre de 2011

MALTRATO

Acurrucada en la esquina del pasillo, aterida de frío, descalza sobre el terrazo, me abrazo esperando su vuelta. Mi mirada contempla el dibujo del estucado de una pared llena de grietas macilentas que el paso del tiempo ha ensuciado con el sudor de su cuerpo. Recojo los retales de ropa y de vida que he dejado en el suelo, humillada y entregada a la vileza del hombre llamado esposo. Disimulo con maquillajes de mercadillo cardenales y fechorías de la opulencia masculina mientras mis lágrimas empañan los recuerdos de felicidad pasada. Mi vagina herida por la ferocidad de la saeta oxidada de sucios burdeles de quien se erigió como amante eterno, está reseca y podrida quien sabe de qué. Sé que él no es malo,  se que son esos polvos blancos que a veces limpio del baño o quizás esas botellas de coñac que apura con avidez cuando viene de la obra... Estoy confundida, no sé que sentir, ya nunca más podré amar, no quiero amar. Camino hacia el sofá y al incorporme mi costillar se queja de aquel golpe certero. Enciendo mi último cigarrillo. Son las dos de la tarde. Hoy me he revelado. No he hecho la comida...ya sé lo que me espera. Da igual. Me resigno. Me entrego a la muerte. Soy tuya. Te doy mi vida.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

RELOJ

Sabio de tiempos inciertos, usurpador de momentos tranquilos con tu sonido insistente, presencia corpórea de lujosos salones, fugacidad en estado pulsante. Controlar nuestros momentos, saber cuando llega el alba, ignorar tu curso cuando la felicidad se muestra, observarte de reojo en tediosas tardes de oficina. Tú eres el culpable de la rapidez, del miedo, de la vejez, de la muerte. Una ansiedad en forma de pulsera que llevamos sujeta a nuestras muñecas. disimulada por los diferentes colores de tus fabricantes. Te hacen atractivo para que sucumbamos a tus deseos, que mediaticemos nuestra vida alrededor de tu aureola mística. Analógico, digital. nuclear, solar. Te nos presentas de infinitas maneras con una sola finalidad: marcar el tiempo. Un tiempo que se escapa a borbotones de nuestras manos, una hora, un minuto y un segundo más tarde del devenir de nuestras vidas, un momento que hace envejecer tu piel, tu pelo. Nadie es enterrado con un reloj. ¿Para qué?. La muerte solo entiende de muerte y viene con guadaña, no con reloj, porque es la eternidad. Tienes todo el tiempo del inframundo o del paraíso celestial para poder hacer lo que no te dejó hacer tu tiempo de vida. Una nada que no lleva reloj. Por eso siempre quiero llevar uno... para sentirme vivo.

lunes, 14 de noviembre de 2011

MÚSICA

Aritmética auditiva. Arte total de formas sinuosas y efímeras. Conjunción de talentos solistas aplicados a instrumentos milenarios. Belleza de partituras que acaricio frente al viejo piano. Sonoridades afinadas con el punto de perfección exigido. Ecos lejanos de tardes campestres. Naturaleza en movimiento de timbales y trinos. Mi vida ha sido música sin ejecutar. Me he envuelto en ella durante horas de asueto, de estudio, de rabia. Clásica, étnica, actual. He llorado, he bailado, he gritado, he dormido con ella. Pero sobretodo me ha enseñado. No estoy loco por que te escuchaba. Cuando mi casa era un panegírico de estridencias sonabas de fondo. Compañía infinita de duermevelas, amante matinal entre afeites, colega urbanita de paseos en gris, amiga íntima de mi soledad. Notas descerrajadas en radios estereofónicas, auriculares emisores de golpes matéricos, altavoces triunfales ante la bajeza del bajo. Somos música. Mi corazón es una corchea. Mi mente se mantiene en sostenido esperando una nueva melodía. Te escucho. Te siento. Música es.

domingo, 6 de noviembre de 2011

VIENTO

La mañana se arrastra entre hojas y papeles. Los arboles saludan con la majestuosidad de los faraones tus terribles embites. Después de meses de calma, de días solariegos de verano, tu presencia hace temblar los cimientos de la naturaleza. Racheado, golpeando, en forma de brisa, paseas tu invisiblidad entre ramas, cementos y coches. Magnificencia de rotos oleajes en puertos del olvido, sensaciones de dureza sobre cuellos expuestos a la temperancia metereológica, susurros en los oídos de transeuntes impacientes. Abro las ventanas del hogar y dejo que entre tu presencia para que transpiren las paredes, para que la humedad arranque su vuelo, para ventilar sábanas impregnadas de presencias humanas. Cuando te enfureces, asustado, escucho tu silbido aterrador, tu grito de héroe que destroza lo material, dejándonos el alma en vilo y postrada a tus pies. Pero hoy, paseo por la orilla del mar y te muestras cauto, sensual, erógeno. Acompañado del sol tu presencia es agradable, juguetona, besando cada parte de mi piel sin permiso. Te siento cerca. Me hacía falta una caricia.

martes, 1 de noviembre de 2011

PADRE

Los años me llevan a olvidar tu rostro, pero mi mente lucha por recordar tus ojos grises. Envuelto en la alegría del día a día del trabajo, con las únicas ilusiones del sacrificio paternal como meta y esa lucha diaria por llevar una casa rota... Recuerdo los olores del campo, del espliego y el romero, cuando tu día festivo lo dedicabas cogido de mi mano a pasear entre moras y caracoles, almendras y espárragos. Qué poco te conocí y cuanto tiempo le diste a ese ente llamado trabajo. Cuántos sentimientos encerrados en ese cuerpo gracioso, sensible y preparado para recibir los embites de la vida. Los años pasaron y tu corazón se fue marchitando. Una isquemia. Dicen que solo lo tienen aquellos que alojan un gran corazón y de tan grande que se hace en el pecho, desfallece. No fue un proceso fácil: los ahogos, el cansancio, las escaleras. Intenté quitarte esa roca pero no pude. Me dijiste hasta luego en aquella sala de pruebas y nunca más pude contemplar tus ojos, te dejaste ir y me dejaste aquí, con una pena honda en el alma. Pero quiero decirte, que te quiero con toda mi alma y que algún día te daré el abrazo que no pude darte. Dejadme que diga la palabra padre por última vez. Padre. Papá.

miércoles, 26 de octubre de 2011

PIEDRA

Testimonio silente de rutas míticas acompañadas de cuádrigas veloces tiradas por corceles embravecidos por el viento que acompaña sus crines. Reductos de expolios y destrucciones de batallas excelsas, inmensas guerras creadoras de despojos. Caricias fluviales que redondean cantos que de tanto rodar se han convertido en polvo. Presencias misteriosas en desiertos ignotos caídas de erosiones múltiples en forma de vendaval nocturno. Almohadillados románicos acogedores de fieles y místicos que en sus genuflexiones han notado la frialdad pétrea. Texturas cinceladas por maestros artesanos para decorar edificios monumentales, vestigios de cultos y rituales báquicos y panatenaicos. Restos de culturas que siembran ruinas contempladas por ojos inexpertos. Placer rocoso de cuarzos brillantes, piritas plateadas y amatistas violáceas. ¿Quién dice que una piedra no siente?. Solo tu presencia causa respeto y yo te recojo para venerarte, oh resquicio milenario, y así contemplar toda tu inmensidad.

domingo, 16 de octubre de 2011

FAMA

Entre somníferos y vahos de champán francés despierto aturdido. Una sábana de raso cubre mi cuerpo desnudo pero exfoliado por las lociones revitalizantes de la fama. Arrastro mi cuerpo hasta el cuarto de baño para ver si mi sigue cincelado y se sostiene un día más para hacer mi papel de galán. Cuarenta años es la vejez para el éxito y estoy a punto de cruzar la barrera. Aún no he hecho el papel de mi vida pero quizás lo consiga. Tomo mi vaso de whisky matinal y un Lexatin para soportar una nueva presentación pública. Desde la ventana del hotel veo a miles de seguidoras histriónicas que corean mi nombre. No voy a ducharme. Si alguna de ellas se acerca a besarme que se de cuenta que soy humano. Me introduzco en mi traje de marca sin ropa interior entre trago y trago, me atuso el pelo y me pongo mis gafas de ocultamiento. Estoy preparado para recibir la marabunta... ¿y si bajo en pantuflas?. ¿Crearé estilo?. No, te debes a tu asqueroso público. Elijo unos Gucci. Banales. Apoyo la mano en el pomo de la puerta, ensayo mi mejor sonrisa, respiro hondo. Adelante. Los flases me ciegan. Bienvenido al mundo de la fama.

lunes, 3 de octubre de 2011

OLVIDO

¡Cúantos años vividos de felicidad y alegrías concebidas entre aromas caseros y vainillas flambeadas!. ¡Cómo eran aquellos abrazos desinteresados y aquellos besos sonoros que ocupaban toda mi cara!. Los años se han llevado el cariño puro, eterno, redentor de la madre. La seguridad de que nunca faltará ese apoyo necesario para superar cada día, el fragor de esa colonia almizcleña y demudada que me recuerda a ti, los consejos inolvidables que asustaban mi corazón cada vez que cruzaba una calle. Y todo ese poder, ese vínculo madre-hijo, inolvidable en el pensamiento, se rompe en mi alma. Los años han pasado y los sentimientos se fragmentan cada vez que recuerdo aquella cama de hospital, aquella última gran sonrisa cuando te llevé una rosa, aquellos besos temerosos envueltos de incontinencia y fiebre. No puedo acordarme de los buenos momentos, esos los voy olvidando y viene a mi mente el aviso tardío hospitalario para darte mi último beso recíproco y llenarte la cara del aliento de la vida. Un grito desgarra mi interior porque te está olvidando y no quiero que sea así. Sólo olvido y duele.

martes, 27 de septiembre de 2011

TEMPLO

El sol languidece entre tus grandes columnas, testimonio de celebraciones y piras funerarias. Un bosque hipóstilo de sensaciones en forma de éntasis que recorre la cela de las deidades, espacio infranqueable por el vulgo y agasajado por cariátides sustentadoras y pléyades virginales. Dioses terroríficos de poder olímpico destructores de humanos entregados a la devoción y a los placeres terrenales. Metopas, triglifos, entablamentos. Decoraciones hercúleas de sacrificios y procesiones de dioses en carros tirados por majestuosos caballos de pelo ondulado, escorzos de héroes tocados con plúmbeas corazas sobre apolíneos cuerpos desnudos. Cánones estudiados sobre falsas perspectivas desordenadas de dramáticas consecuencias escultóricas. Vasijas decantadas en su ubicación con figuras rojas etéreas y llenas de ropajes húmedos al son de la lira. Arcaicos seres mitológicos que sobrevuelan nuestras mentes humanistas y que se reflejan con su grandeza en el templo griego, paradigma de la perfección clásica, espacio perfecto de sacrificio, compendio de leyes de gravedad. Me apoyo en uno de tus fustes y noto el latir de los siglos por tus acanaladuras como la savia de un árbol milenario. Yo también quiero ser templo.

jueves, 22 de septiembre de 2011

MASTURBACIÓN

Un río de sensaciones recorren mi espina dorsal rematadas en una explosión que me hace perder la noción del tiempo y del espacio. Con la cabeza apoyada en la tosca pared noto la presencia de algo viscoso en mi mano. No me atrevo a mirar. Quizás me esté muriendo y nadie está a mi alrededor para consolarme. Mi pene late desaforado al compás de mi corazón ya fláccido sobre mis dedos. Abro los ojos y me doy cuenta de que sigo vivo, relajado, entumecido, feliz. No creo que esto sea la muerte, simplemente es otro estado que no acabo de comprender. Nadie me ha explicado que significa esta nueva experiencia. Es posible que un niño de diez años no tenga derecho a saber más de la vida porque aún no soy mayor. Un buen amigo me explicó un día que notaba una quemazón y que acariciándose y agitándo su miembro se le pasaba, pero no me explicó que había un final pletórico y triunfador. ¿Que será este líquido blanco?. ¿Es posible que se haya roto algo dentro de mí?. Creo que no, porque cada vez me encuentro mejor y... ha brotado cuando he pensando en ella. Tendré que preguntar a esa chica si le pasa lo mismo que a mí y si fuera así, podríamos compartir este juego. Seguro que esto es lo que los mayores llaman sexo. Y lo que acabo de hacer, ¿cómo se llamará?...

sábado, 17 de septiembre de 2011

SALIDA

Perdido entre los pasillos de un laberinto a medio camino entre la ciudad y la vida, engullido por el enjambre de personas que corren por hormigueros en busca del pan de cada día, sigo empeñado en buscar una salida. Mi traje está arrugado, mi camisa está ajada y mi corbata torcida. Mi barba roza la solapa de mi chaqueta y mis uñas parecen salidas de una tumba. Aprisionado en el metro espero a que se abra una puerta, un escape al agobio matutino de los antihigiénicos, de la humedad del ambiente, de las colonias baratas. En cada parada sube más gente y el respirar se hace imposible. El olor acre de un viejo desconocedor del gel de baño inunda el vagón. No puedo más. Llegamos a la estación y arrambo con toda una legión de urbanitas que me miran con la mala cara de los cívicos. Consigo salir y veo ante mí un largo pasillo. Mis cervicales crujen por la tensión y doy mis primeros pasos en dirección a un mundo nuevo. Los fluorescentes me acompañan en este viaje final, mis pies caminan veloces bajando escaleras, mis pulmones se quejan por el vaho de los arcenes, mi boca describe su rictus final cuando piso la vía. Una sacudida envuelve mi cuerpo mientras hago equilibrios por la catenaria. Al fondo veo una luz. Será una salida. Mi cuerpo huele a quemado. La luz se acerca. Pitido final.

martes, 13 de septiembre de 2011

DIOS

¡Si existes y salvaste a tu hijo, sálvalo también a él!.¡Si creaste el mundo y al hombre, ayúdame a curarle, porque cada día que pasa mi alma se rasga y sus jirones pesan tanto!.¡Si eres Dios, haz el milagro de la curación y llévame a mí como prenda de tanto dolor!. Tu castigo sobre el hombre ha sido infinito, tus caminos hacia la enfermedad son inescrutables y los inocentes reciben tu maldición. Si es tan solo un niño, si no ha amado aún, si su cuerpo no se ha desarrollado. ¿Qué pecado ha realizado esta alma cándida que se consume en esta cama de hospital entre falsas expectativas en forma de sonrisa agria mientras sus células mueren devoradas por el cáncer?. Yo he sido un sucio pecador, he fornicado, he castigado, he pegado, he mentido...insufla en mi cuerpo todas las plagas que inventaste en su momento y llevame al peor de los infiernos para siempre jamás, pero a mi hijo sálvalo. No existes. No tienes compasión. Eres un falso icono para decorar las almas perdidas. Salva a todas las criaturas que no tienen culpa de nada. Háblame. No oigo nada. ¡Contéstame!. Veo que no vas a hacer nada. Para que sirve el crucifijo que hay en esta cama. Lo descuelgo. El gota a gota sigue su curso. Beso su frente caliente. No creo que pase de hoy. Buenas noches, hijo mío, y hasta mañana... si DIOS quiere.

jueves, 8 de septiembre de 2011

ÁLBUM

La portada de un libro avejentado de tapas duras y elegantes orlas se abre ante mis ojos dando paso a una vida oscura, insulsa, llena de flaquedades y sinsentidos. Mis ojos grises, decaídos por las arrugas del tiempo, contemplan ese arcaico álbum de fotos de presencias volátiles y familiares inexistentes que juegan en el limbo de las almas al escondite. Fotografías ajadas, pegadas con celo, remendones de jornadas placenteras, con esa pátina sepia que decora los recuerdos lejanos. Playas de arenas ocres, montañas de solariega presencia, calles empedradas por los carruajes de siglos. Papá. Mamá. Soledad en mi alma cada vez que paso una hoja, lágrimas lánguidas y cansadas de tanto llorar por los que ya no están. Dejo el libro y los recuerdos de nuevo en ese estante polvoriento que nunca han limpiado mis manos manchadas. Un trueno retumba en la ciudad. Las trazas del atardecer se mezclan con las amenazantes nubes que expulsan una furiosa lluvia sucia que mancha mi jardín y mis miedos. Dentro de poco yo seré una nueva sombra en este álbum, pero nadie me podrá contemplar porque estoy solo y la podredumbre se llevará los fototipos y negativos de los ausentes.

lunes, 22 de agosto de 2011

HÁBITO

Con todos los sentimientos caídos a mis pies y enfangada mi alma, resurge en mí la luz perdida de infinitos fracasos cotidianos. El egoísmo de los míos, los amores perdidos, el odio de la sociedad han convertido mi casa en una celda. Desnudo en ella, con la simple compañía de un gorrión peregrino y el tornasol de las ventanas del bloque de enfrente, retomo un nuevo día a la espera de la inspiración. Un rayo protector que entre en mi cubículo frío y redentor, entre actos de contricción y salmodias que surgen de mis labios con la fuerza de un volcán. Siento misericordia de mi cuerpo cada vez más apergaminado y necesito cubrirlo como demostración de mi pudor y mi entrega al infinito. De saco y con soga de esparto recojo entre asperezas mi hábito. Levanto mis brazos para que recubra mi cuerpo entre rozaduras y eczemas. Lija que suaviza mis dudas y mis quebrantos. Cubierto con él me siento fuerte y para aseverar mi convicción recubro mi cintura con la cuerda que algún día utilizaré para mi propia horca. Solo me falta la fe. Cuando llegue quizás sea tarde, pero mientras voy a descansar. Dormición. Espero.

jueves, 11 de agosto de 2011

ABRAZO

No puedo recordarlo bien. Mi hipotálamo siente algo lejano. Solo sé que nadie me ha abrazado como tú. Los años han endurecido mi piel con el dolor de la muerte. Cuando me tocabas mi piel se erizaba, pero desde tu último abrazo, nadie más lo ha hecho. Guardé tu última caricia para mí y no la compartí con nadie más. La vida me ha llevado a una soledad yerma de orgasmos secos e impotencias, porque tú ya no podías tocarme. No sé si ahora podré de nuevo notar tu cuerpo entre mis brazos. La luz se ha apagado. Silencio. Más silencio. Como en un tren de alta velocidad asciendo, me elevo de manera tumultuosa para recibir toda la fuerza de la vida. Y al final estás tú, sonriendo, mágico, esplendoroso, con los brazos abiertos. Soy todo fuerza, soy feliz. Caigo entre tus brazos y mi alma explota en un mundo de colores, una sinfonía de sentidos. ¡Cuanto echaba de menos tu abrazo!. Nadie nos separará, ¿verdad?. Estaremos abrazados en la eternidad, para siempre, amor.

sábado, 6 de agosto de 2011

VACACIONES

Tragín de maletas por los pasillos. Emociones a flor de piel entre cremas solares. Búsqueda imparable de la paz multitudinaria. Ha llegado el verano y los días vacacionales envuelven imaginaciones paradisíacas y huídas hacia la felicidad. El reloj de la oficina implacable retarda el paso de las horas mientras los primeros sudores presagian playas límpidas y palmeras de diseño. Las paredes grises se tornan cielos azules y despejados entre parajes perdidos. Falta poco para pasear tranquilamente, sin mirar el tiempo, tomando refrescos y helados bajo las sombras de los árboles. Olores exóticas y miradas cómplices entre el cúmulo mortal del asueto. Es seis de agosto, sábado, hora de la siesta. Me he dormido encima de mi mesa de trabajo. Menos mal que el vigilante está de vacaciones. He soñado algo... Otro año más. No tengo vacaciones. Aquí no existen. Levantarse, caminar, comer, trabajar, cenar y dormir. Una rutina que llevo desde hacer cinco años. Me quedan cinco más. Me levanto y miro por la ventana de barrotes el cielo raso de plena canícula. Algún día haré vacaciones. Mientras tanto, reclusión.

miércoles, 3 de agosto de 2011

VIOLETA

Azul y rojo se mezclan en una sinfonía de matices en el atardecer de nuestras vidas. Cogidos de la mano, paseando por la playa del adiós y entre refulgencias del sol mortecino, contemplo tu mirada. Extraños ojos violetas, copia exacta de bellas actrices hollywoodienses, que el tiempo han hecho decaer entre arrugas y patas de gallo. Nos sentamos entre caracolas y piedras de tonos liláceos cinceladas por el mar en su romper impertérrito en la costa. En tu solapa luce una violeta imperial, evocadora de operetas y cantos de contratenor, que deja su aroma cada vez que beso tu mejilla fría y suave. Quizás sea mi último paseo contigo, amor. Mis pasos son cada vez más lentos y penosos porque mi corazón enfermo no bombea con fuerza. Mi corazón violeta, mis pies hinchados, mi alma triste. Voy a estirarme sobre la arena a tu lado, estoy un poco mareado. Miro mis dedos a contraluz y las puntas son como cardenales: ya no me llega el oxígeno al cerebro y empiezo a olvidar cosas. Reposa en mi hombro, cariño, que quiero dormir un ratito. Oigo el mar, ahora ya casi marengo, mientras noto como algo se rompe en mi pecho. No hay dolor, no hay llanto, solo paz. Mi último suspiro. Te quiero.

viernes, 29 de julio de 2011

CARTÓN

El cielo nocturno cae un día más sobre mí. El rocío moja las calles, las hojas de los árboles y ese cartón ajado y mustio que soporta cada noche mi cuerpo. Un cuerpo antaño bello, musculado, elaborado con un metódico cincel de rutinas aeróbicas controladas. Ahora, una capa de suciedad recubre todas sus partes porque no soy nadie. Un jirón en medio de la ciudad, un saco al que golpear en plena borrachera adolescente, un bulto sin acuse de recibo. Aterido de frío y humedad paso cada día envuelto en papel de diario que no leo porque ya no estoy en la sociedad. Una botella de vino químico acompaña mis desdichas y mis penas que arrebatan cada día más neuronas a mi cerebro. Apenas puedo articular una palabra, tengo la lengua embotada. Fui brillante, querido, obsequiado y admirado. Fui el dios en el Olimpo de las finanzas y de los tiburones vestidos de corbata. Lo tuve todo y a la vez nada: era vacuo. Vivía de cara a la galería mientras mi interior se vaciaba como una muñeca hinchable rota. Pero un buen día perdí mi casa, mi coche y mi alma en un renuncio de soberbia, mientras las drogas se estaban aposentando en mi espíritu. Caí en los infiernos fríos de la noche madrileña y sigo recogiendo las auroras que cada mañana acompañan mis esputos. ¿Alguien puede darme un cartón nuevo?.

martes, 26 de julio de 2011

TREN

Entre raíles corre mi vida en su huída hacia el infinito. El relajo del vaivén de este tren no es suficiente para calmar mi angustia por lo desconocido. Sentado en este vagón solitario con un único destino de ida derramo mis pensamientos sobre el cabezal mientras mis pupilas veloces contemplan cada uno de los árboles pasajeros. La maleta a los pies, como un perro fiel, está llena de recuerdos y accesorios de una vida hecha añicos y maltrecha. Y ahora qué. Mi destino, entre alegres silbatos, es una incognita, pero he de cambiar de rumbo. No podía seguir en esa vía inhabilitada de la vida donde no pasaba ningún tren. Año tras año de aburrida existencia viendo las mismas caras, las mismas risas y sobreviviendo entre soledades y paciencias. Apreto mi billete con fuerza. Ya no hay marcha atrás. Rompo con mi vida porque nadie me quiere a su lado, porque les aburre mi compañía, porque soy un incomprendido. El sol se esconde entre las líneas de la meseta, entre las nubes de mi nuevo destino. Nadie me espera. He de empezar de nuevo porque lo necesito. ¡Corre tren de las buenas nuevas y llévame al mejor de los lugares!. Hazme feliz. Quiero ser persona.

viernes, 22 de julio de 2011

DANZA

Día a día el mundo inicia su danza alrededor del sol en armonía con la luna y los planetas. Flota en el espacio inerte al ritmo de miles de melodías que fluyen de la civilización. El mar con sus mareas danza ondulándose en las profundidades rompiendo con fuerza en la orilla incompatible de la arena. Las ciudades a vista de pájaro danzan enloquecidos minués entre contaminación y prisas. Los edificios, si pudieran tener muros transparentes, danzarían con sus habitantes como si de un hormiguero se tratara. Las personas somos los mejores danzantes: en la vida, en el trabajo, en la cama. Nuestro cuerpo está lleno de danzas gástricas y hepáticas, nuestra sangre danza al ritmo de nuestro corazón. Las células inquietas se reproducen danzando con cuidado para que no aperezca una de cancerígena. Nuestras moléculas siguen uniéndose en una danza maldita que nuestros átomos intentan formar para que podamos ser visibles. Los electrones enloquecen en núcleos imposibles de millonésimas partículas invisibles a nuestros ojos. Sin danza no somos nada, somos la nada.

domingo, 17 de julio de 2011

CÁRCEL

Sentado sobre un camastro hollado por cuerpos infectos de maldad reposa mi alma mientras los retazos del alba entran entre los barrotes llenos de herrumbre de esta maldita cárcel. Mis huesos notan las manchas de humedad que entumecen el yeso de las paredes como hemorragias sin control. Cucarachas y chinches se revuelcan entre los cúmulos de podredumbre que crecen sin resuello en los rincones de la celda. Dos metros cuadrados de suciedad y malos augurios mientras resuenan los ecos de patios interiores y de galerías aledañas. Por enésima vez en cinco minutos me estiro sobre las sábanas raídas y manchadas para intentar pensar, mientras mi nariz se llena del olor a orines que despide mi ropa de preso. Hace dos meses que no veo una ducha y el lavabo que tengo a un palmo rebosa de porquería. Da igual.
¿En qué pensabas cuando la mataste?. ¿Creías que por estar en un país árabe te ibas a librar de esta inmundicia?. Soy la cárcel y te voy a dejar encerrado aquí hasta que te pudras y tus propios gusanos vomiten la maldad que recorren tus venas.

Me incorporo y pienso si algún día saldré. Espero que sí, porque mi misión en el mundo es seguir matando. Noto un hormigueo en mis testículos. Es el placer de matar.

viernes, 1 de julio de 2011

ROSA

Rosas rosa para el primer amor, claveles rosa para el último estertor. Color maldito entre el macho y objeto de mofa hasta que la modernidad lo elevó a los altares en forma de fucsia o de chicle. Color preferido para las hembras de corta edad evocadoras de princesas de cuentos de hadas o de obligatoriedad conservadora de las madres diferenciadoras de sexos. Sensaciones cálidas, mezclas imposibles de amarillos y rojos que dan calidad secundaria a un tono lleno de felicidad y alegría. Pintalabios festivos, lacas de uñas veraniegas, sombras de ojos nocturnas. El rosa inunda los crepúsculos y los amaneceres contemplados con admiración y consenso. Los palacios barrocos amaron y cuidaron sus mármoles rosas y sus estancias pintadas en esa suerte de escorzos y cromatismos ácidos precursores de las tonalidades pastel del rococó. Cintas del pelo, relojes de plástico y zarcillos de sevillana. Tonos de rosas inundan nuestra piel, nuestra boca, nuestra lengua, nuestras intimidades. Somos rosa interior y exteriormente. Amemos en rosa, hombres y mujeres, hombres y hombres, mujeres y mujeres. Color de libertad, color de amor y fraternidad, color de vida.

domingo, 26 de junio de 2011

LIBRO

Sentado en la cumbre de los vientos, mientras los caracolillos del aire recorren mi cara, me estiro en la hierba con mi fiel libro compañero. Estoy descansando y permitiendo que la naturaleza inunde mis sentidos viendo como las nubes atareadas desplazan sus enormes cuerpos por el cielo azul. Me incorporo y acaricio las tapas de piel de ese manuscrito que me acompaña desde la niñez. No tiene título. Es uno y todos. Aquellos compañeros de viaje y noches insomnes que me han hecho soñar y crecer sin titubeos, con la seguridad de la cultura y los conocimientos. He tenido pesadillas de hogueras inquisitoriales quemando miles de libros prohibidos por el fanatismo del hombre o cientos de termitas devorando sus hojas en bibliotecas maltrechas y abandonadas. Abramos un libro y penetremos en el mundo de nunca jamás, en los olimpos de los dioses o en las casas ajenas del costumbrismo. Viajemos en barcos piratas, aviones de guerra o carrozas decimonónicas. Besemos a la antigua, flirteemos con decoro y sintamos realismos mágicos que provocan cosquillas en nuestro corazón. Este es mi pequeño homenaje a mis libros y es que no estoy loco porque sueño gracias a ellos.

jueves, 16 de junio de 2011

CALMA

Frío calmo sobre mi piel que cauteriza los misterios de una vida repleta de tientos y augurios. Penas recicladas por mi corazón y exportadas a mi mente, que dedica sus últimos momentos a perderse entre perdidas playas y majestuosas montañas. Efluvios narcóticos de reminiscencias áureas y algodones delicados en precario equilibrio por la tensión corporal. Dolor envuelto entre bambalinas de gran espectáculo de la muerte y momento de redención. Solo pienso. Mi cuerpo inerte, casi sin vida, reside en una cama a la espera de mi entrada en el reino de Hades. Hago tabla rasa del pasado y evoco gritos, golpes, cardenales y susurros. Miedo a las miradas y a las presencias, amenazas de vida que se escapan por las escaleras. No deseo ser comprendido ni quiero misericordia. La maldad se ha instalado en mi cuerpo en forma de enfermedad terminal y voy a pagar mis inmundicias. Mi tacto nota la presencia de una mano envuelta en escayola que acaricia la mía. Es ella que aún soporta las marcas de mi última hazaña salvaje, de mi gran gesta de macho cabrío. Ya me voy y solo siento calma porque nunca seré perdonado.

martes, 7 de junio de 2011

VERSO

Contemplo el papel en blanco a la espera de que mi pluma esboce palabras. En mi mente se agolpan conceptos, nociones y letras que en comitiva se acercan a mis dedos para escribir un verso. Don de la palabra dado por las lenguas de fuego, guía espiritual para crear los evangelios, padres de la iglesia que tradujeron libros sagrados, serafines inoculadores de las lenguas a los profetas. Presiento que mi mente está a punto de recrear un momento íntimo, una naturaleza muerta que renace, un paisaje vivo de naturaleza dorada, un beso tenue a la luz de la luna. Un garabato en forma de letra capitular emborrona esa miniatura en forma de folio, porque lucho por ser feliz y solo surgen manchas de tristeza. Quisiera decirte tantas cosas, acompañar este verso con una rosa encendida de pasión y rocío, pero mi alma está yerma y mi corazón seco. No sé decir todo lo que te quiero y por eso sé que es mi último día contigo. Las maletas del vestíbulo prefiguran mi soledad. Quisiera hacerte un verso, pero no puedo...

domingo, 22 de mayo de 2011

RUMBO

Perdido en un mundo que nos rodea, acosado por el consumismo y el odio, busco mi rumbo. Zombis callejeros que pasean por aceras prefabricadas en busca de trabajo precario y comida congelada, seres que buscan compañías banales para un rato de ocio, títeres de una política bipolar y paranoica. Hace tiempo que no sé donde estoy. Me levanto y no sé para qué. Me lavo la cara para recibir las bofetadas de la agresividad capitalista. Como para acolchar los nervios en mi delicado estómago. Lucho para no poder pagar un alquiler ridículo. No sé que pasará mañana. El esfuerzo ya no es necesario: no hay resultados. La desidia se ha instalado en el corazón del desarrollo y el sentimiento de culpa se apodera de los ciudadanos que son perseguidos por la usura o por las fuerzas de estados hundidos. Hoy me he puesto de nuevo en pie, pero tengo una causa: gritar en silencio, aplaudir agitando mis manos, manifestar ante todos mi repulsa por lo que aún nos espera. Quiero vivir. Vivamos juntos. (A la plataforma 15-M).

miércoles, 18 de mayo de 2011

HORIZONTE

La línea mágica que separa lo terrenal y lo místico está fragmentada por mis lágrimas. Las fuerzas flaquean en mi corazón y siento como el fragor de un nuevo sol acaricia mi piel. Sentado, solo y perdido, entre granos de arena en la playa de la incertidumbre, miro cansado a ese horizonte del amor, de la vida y del trabajo. Un amor imposible porque nadie me entiende, ni yo mismo sé que quiero. Una vida que seguro será corta por mi enfermedad del corazón y un trabajo que perdí ayer mismo por desidia y aburrimiento. No sé porque llevo aún esta corbata que me produce urticaria en el cuello y en el alma, no sé como he llegado a esta playa del olvido, no sé como regresar a casa ni con que cara mirarme en el espejo. Necesito descansar... pero mientras hago castillos de arena con mi pensamiento ocupando mi mente. Dejad que en mi último día de vida contemple la majestuosidad del sol, su belleza inherente. Noto las llaves de mi coche en el bolsillo. Miro las curvas de la carretera de montaña de mi izquierda. Huelo en prefiguración a humo y gasolina. Me levanto y me sacudo la arena. He tomado una decisión. Lo voy a hacer y hasta que llegue el fin no dejaré de mirar al horizonte.

miércoles, 4 de mayo de 2011

PARED

Dos pájaros sucios y oscuros desgañitan sus gargantas en un intento de hacer llegar la primavera, colocados encima de la pared. El yeso ha creado una capa gris mezclando agua y contaminación. Una ventana, testimonio de luces nocturnas y oscuridades yermas, mantiene triunfal, sus cristales rotos por la acción de inocentes manos infantiles. La modernidad viene dada por los esprais de los grafiteros que han dibujado una enorme mosca verde aposentada en una enorme deposición. Frente a esa pared, la pared de mis últimos treinta años de vida, evoco los recuerdos paternos, la inocencia de la niñez, los tormentos de la adolescencia y esa primera madurez que contempla como en un segundo ha pasado toda una vida. Las frías máquinas gubernamentales han derruído el alma de mi casa para crear un centro comercial. Cariño versus neón, besos contra palomitas, familia ante el consumo. Nunca más podré traspasar esa puerta y decir "hola", porque ya no hay puerta, porque ya no tengo padres, porque he de irme. Los pájaros siguen su diálogo mientras me observan indecisos. Emprenden el vuelo. Yo también he de hacerlo.

sábado, 23 de abril de 2011

MADRE

Mi corazón está triste y compungido. Los dedos del dolor arañan mi alma rascando viejos fantasmas. Cuánto duele no decir nunca más "madre". Un vínculo invisible que nos amarra a un vientre de por vida. Un desgarro interior cuando contemplas el último suspiro. Un último perdón por tantas cosas buenas y malas que has tenido que compartir con ella en esta complicada vida. No hay tiempo para el adiós. Los años marchitan la fuerza materna, postran en sillas de ruedas ilusiones mientras la mente languidece y el cuerpo empieza a pudrirse. Luchas imperecederas contra el tiempo para salvar un día más sin que el dolor aceche sobre la medicación. Alegrías momentáneas de lucidez y conocimiento que llenan el espacio de luz. Sentado en la habitación del hospital recojo sus cosas: un peine, el talco, una rosa. Ya no hay toses, ni llantos, ni besos. Sólo yo velando una cama vacía de la que no me he separado para apuntalar los segundos. Estoy triste y solo. Ya no podré estar más con ella. La ley de vida se ha impuesto de nuevo con su lazo negro. Me levanto y abandono la estancia. Cierro la puerta. Cierro un capítulo de mi vida y empiezo la de mi horfandad. Adiós mamá.

miércoles, 20 de abril de 2011

NARANJA

Naranjas de la China, naranja naranjera, naranja veraniega. El frescor del zumo y de las vitaminas llenan mi cuerpo y mi espíritu veraniego. Se acercan los días de asueto y de colorido, atardeceres anaranjados, mangos y melocotones, alegría vacacional entre toallas y aftersun. Pareos volátiles, sensaciones solares, reflejos de barcos ociosos y paellas al lado del mar. Gambas, langostas, mariscos infinitos que decoran las mesas de los chiringuitos. La felicidad es naranja, un color de vida y yo quiero verlo todo con un velo de esa tonalidad. No quiero caer en el anodino amarillo ni el violento rojo, me quedo en un mundo propio, marciano, hecho a mi medida. Desde la terraza del balcón me ilusiono con un nuevo día, sé que no tengo que hacer nada y nada me preocupa. Tostadas, mantequilla, mermelada y naranjas. Muchas naranjas, necesito energía para esta mañana ser más persona, para perdonar mis pecados, para hacer feliz a quien me quiere. No quiero naranjas sanguinas, quiero vivir. Felicidad.

domingo, 17 de abril de 2011

INFIERNO

Noto el fuego de tu mano en mi cara. Siento el odio de tus ojos en mi cuerpo. Tu barbilla tiembla en un rictus de plañidera. Veo caer tus lágrimas rotas por tus mejillas. Giras tu cara para no mirarme mientras te abrazas a ti misma en busca de algo de calor. De pie, impasible, contemplo como te derrumbas sobre el sofá, como te sumerges en un llanto profundo y desgarrador. Solo se oye el sonido de un reloj lejano. Segundo a segundo se abre un abismo entre los dos. Sabes que fue corto pero hermoso. La sinceridad de mis palabras no han conmovido tu perdón. Me querías para ti pero yo no soy de nadie. Creías que te acompañaría siempre pero ya me he apeado en la primera estación. Una estación nueva, fresca, joven, de mirada perdida. Quiero ser maestro y tú no me dejaste. Todo lo sabías, todo lo querías, todo lo controlabas. Te contemplo un minuto más y veo tu falso maquillaje enfangando tu rostro. Eres una patética muestra de ti misma. Cojo mi chaqueta antes de que el infierno entre de nuevo por la puerta. La abro, respiro y vuelvo a ser yo.

sábado, 9 de abril de 2011

VELOCIDAD

Suena el despertador de forma desaforada. Me incorporo de un salto y noto mi corazón latir desbocado. Intento ponerme las zapatillas y mis pies inquietos no aciertan a calzarse. Una vez erguido y en breves segundos me veo vestido cerrando la puerta de la calle. Ahora me encuentro en la acera parando un taxi que en una micra me ha llevado a la otra punta de la ciudad, pero no sé donde voy. Sigo corriendo sobre mi reloj personal y cuando paro un momento y contemplo el sol veo perfectamente como se mueve en su órbita. Como algo que degluto sin masticar y me veo corriendo sin querer por un parque. Empieza a anochecer y me encuentro de nuevo en el portal de mi casa. Cierro los ojos y al abrirlos estoy ante el espejo lavándome los dientes. Bostezo y noto la ropa de la cama sobre mi cuerpo. Suena el despertador...parece que con normalidad. Miro a mi alrededor y todo vuelve a ser como antes. Hago memoria del sábado noche, quizás fue esa pastilla azul que alguien me dio. Necesito control.

martes, 5 de abril de 2011

PRIMAVERA

Sin darme cuenta el jardín ha cambiado. El invierno ha encerrado mi espíritu al lado de la chimenea y al liberarse pasea entre los brotes y las primeras flores de la primavera. La humedad que acechaba mis huesos se ha convertido en frescor matinal y paseo grácilmente entre ramas y helechos surgidos de la nada. El cielo sonríe con su azul definitivo e inmaculado, con el simpático decorado de unas pequeñas nubes que dan profundidad al espacio. Voy a beberme las calles, sí, voy a pasear con telas ligeras las tristezas del alma, sí, voy a conseguir vivir cada día en un nuevo mundo amable. El bosque es una alternativa a seguir entre sonidos de la naturaleza, acariciar las raíces, el crecimiento de las flores, la belleza de la escarcha. Me vestiré de verde hoja, de coloridas flores decoraré mi pelo, morderé un poco de heno mientras me revuelco entre campos de amapolas. Despierto entre brumas. Llueve en el exterior. El cielo gris acecha un día más. ¿No ha llegado aún la primavera?. Ya son tres meses viendo como cae el gota a gota...

jueves, 24 de marzo de 2011

AZUL

El azul del cielo y el mar se mezclan en un tono imposible de diferenciar esta mañana de mi vida. Salgo al balcón y el fragor del océano llena mis pulmones mientras mis ojos azules lloran desconsolados la necesidad de un tacto perdido. Triste azul y doloroso añil de llantos familiares, azules oscuros de trajes chaqueta, azul lavabo de escondites íntimos. Los días son largos sin ti, necesito saber que ocurrió y nadie puede explicármelo. Eras feliz, compartíamos los latidos de nuestro corazón y esa sonrisa tan nuestra. ¿Por qué lo hiciste?. No fuiste capaz de decirme un adiós en una nota. ¿Tanto daño querías hacerme?. Mi culpa inunda cada minuto en un sinfín de castigos y mutilaciones que laceran mis pensamientos. No quería coger el teléfono cuando sonó. Me despertó su timbre y tuve miedo. ¿Crees que te puedo perdonar?. Aprovechaste un viaje de empresa para decidir acabar contigo misma. ¿Sabes lo que es reconocer un cuerpo que se ha lanzado al vacío?. Por eso me estoy llenando de azul porque su frialdad me hará ver la vida de otra manera. Me voy a la ducha y voy a pasar un día más en pie. Seguiré luchando con mis fantasmas. Todo es por ahora, azul oscuro casi negro.

sábado, 19 de marzo de 2011

FIESTA

Entre la humanidad de este espacio cerrado esparzo mis mejores movimientos en busca del rito del apareamiento. Geles, cremas y perfumes se funden en un elixir superficial que envuelve la atmósfera entre hielos secos, rayos y brillos de espejo. Relucen los mejores atavíos y los afeites más ostentosos de los entregados a los ritmos vacilantes de las tendencias comerciales. Como un halcón oteo una nueva víctima, a poder ser, rubia, estilizada, minimalista. Cogida a una copa, una bella náyade hace oscilar su cuerpo alrededor de un pequeño vestido rojo a conjunto con sus carnosos labios de carmín enfurecido. En trance místico y cercana al extasis teresiano, abre sus enormes ojos y me mira, rapaz y entregada, mientras se mesa automáticamente su hermosa melena. Entre murmullos y roces me acerco, rígido y sonriente, para atacar a mi presa. Sin contemplaciones, la tomo del brazo, la miro fijamente y sin mediar palabra, la beso, empujando mi lengua hacia la seda de su boca. Noto como sus piernas se aflojan y mi pene hormiguea inquieto. Seguro que ella está húmeda. Nos separamos y nos miramos. Momento para el coche, la cama y el sexo... Ella es mi novia de hace cinco años y estos son nuestros juegos. ¿Te apuntas a mi fiesta?.

jueves, 10 de marzo de 2011

TORSO

Abrazado a mi almohada solitaria despierto con miedo a no encontrarte. Extiendo la mano y solo palpo el algodón de la sábana, frío y húmedo. Quisiera chocar con la dulzura de tu cabello, ensortijado por la naturaleza. Quisiera apoyar la mano en tu torso y jugar con tu vello mientras reclino mi cabeza sobre tu hombro. Me gustaría hacerte confidencias al oído mientras tú sonríes con la seguridad de tu belleza. Pero hoy no hay nadie. Mejor decir no hay nada. La cama está vacía, la casa está vacía, yo estoy vacío. Entregado al amor de la madurez, con tesón y desesperación, he pagado mi deuda. Juventud indómita que hace cabalgar a tus corceles en busca de sus semejantes abandonando la senectud y la experiencia. Te fuiste queriéndome con toda el alma pero huíste de una fisonomía que día a día envejecía. Enorgullecido de tu veintena henchías tu torso como un gallo de pelea en busca de la lucha sexual que yo te propugnaba. Solo me quedan los recuerdos, tus marcas en mí, tu voz lánguida. Cierro los ojos. Déjame acariciar por última vez tu pecho, déjame sentir que aún soy hombre, déjame ser tu torso. (Texto aportado por Carlos Mesa, gracias).

miércoles, 2 de marzo de 2011

CALOR

El sol radiante amenaza un día más con su sofocante calor. Demasiados días de sudores vacuos y sensaciones húmedas. Los ánimos desfallecen entre los viandantes mientras orondas señoras airean sus cuerpos con abanicos de saldo. Tengo la impresión de que la gente está malhumorada y me mira mal. Quizás esta mañana no me he peinado. No, creo que es el calor que no da tregua desde hace dos meses. Bien pensado, una buena pelea no estaría mal para aplacar mi irritación. Pero mi buena voluntad frena a ese demonio interior y decido tomar algo fresco. Bajo una ampulosa sombrilla aparece el camarero que arqueando sus cejas me pregunta por la consumición. Indeciso por la premura no sé que contestarle. Enfadado me plantea la clara dicotomía de consumir o de irme. Es perfecto. Solo me faltaba esto. Me levanto, tiro su bandeja y con un puñetazo certero le rompo la nariz mientras noto como mis axilas transpiran de felicidad. Inconsciente lo abandono. No entiendo que ha pasado. Será el calor. O no.

martes, 22 de febrero de 2011

GRIS

Salgo al asfalto de la ciudad contemplando el cielo encapotado. Pequeñas lágrimas de lluvia adornan los adoquines de pasadas vías imperiales. Con un gesto mundano, paro el autobús en un esfuerzo anodino por iniciar un nuevo día. El humo gris envuelve su enloquecido arranque en dirección a nuevas paradas. Hoy he elegido mi traje de tonos grisáceos a conjunto con mi paraguas plegado con el arte de los lisiados. El timbre resuena en el cubículo avisando la urgencia de mi bajada. Se cierran las puertas y contemplo por enésima vez la grandeza del hormigón y el acero que acoge mi lugar de trabajo. Los cristales ahumados dan ese toque marengo a un exterior racional. Paso el día entre cuatro paredes blanquecinas, ensuciadas por la mano del tiempo. Mi pequeña orquídea da el contraste a los muebles grises que me envuelven. Miro el reloj de pared que como un coloso me indica que son las 5 de la tarde. Recojo mis pobres pertenencias y me encamino de nuevo a la parada. El cielo está esta vez de un gris perla amenazador pero no llueve. Me siento y entrecierro los ojos de mi vida. Despierto a contraluz y bajo con la urgencia del solitario. Ya estoy en casa. ¿Quién decidió pintar de gris las paredes?. Fue ella. Pero ella ya no está. Se fue esparcida en el aire en forma de grises cenizas. Subo a la habitación. Me cubro con mi edredón gris. Apago la luz. Mañana será otro día.

sábado, 12 de febrero de 2011

CAZA

El sudor recorre mi espalda. Mis pupilas dilatadas se mueven enloquecidas buscando una salida. Mi corazón se desboca al oír ladridos lejanos. Sé que tengo que correr pero el espejo follaje no me deja escapar. La hiedra ha enraizado entre mis piernas y no puedo moverme. Los cazadores jalean a sus canes para que persigan mi rastro. En un esfuerzo titánico rompo mis vínculos con la naturaleza y huyo hacia delante en busca de la salvación. Las ramas de los árboles asaetean mi rostro y mis brazos conviertiéndome en mártir de mi propia desgracia. Oigo mi respiración entrecortada y algún graznido de un pájaro asustado ante mi desbocada presencia. Un disparo y unas carcajadas retruenan en el bosque. Sé que no tengo escapatoria pero no me dejaré vencer. Mis pies se enredan y caigo al suelo. Un extraño sonido seco suena en mi pierna y un dolor lacerante recorre mi espina dorsal. Estoy perdido. Mi pie no responde y baila por sí solo la danza de la muerte. Me postro exhausto entre los humedos helechos del sotobosque a la espera. Se acercan. Noto su presencia. Ladridos y vítores de triunfo; alientos caninos. Solo espero el tiro de gracia. Rendición.

martes, 8 de febrero de 2011

LÁPIZ

Expuesto en mi mesa ante una hoja en blanco eres contraste. Sabes ser el testimonio de la historia, el vigilante del cubilete, el mártir en la máquina sacapuntas. Tu alma de carbón reposa a la espera de que los hábiles dedos del escritor desgasten tus fuerzas. En redondilla o en cursiva viajas por la añil geografía del folio en busca de aventuras terminadas en puntos suspensivos o en sinuosos interrogantes. Feliz eres cuando el dibujante, en sus amplias cartulinas de dibujo, te utiliza como un coloso demostrando tus trazos ágiles y expansivos. Amante de las sombras y los claroscuros de carboncillos goyescos, tu terror es la goma que hierática e impertérrita borra tu obra de arte. La libertad es tu vida, la espera tu muerte, tu venganza la acerada punta que esgrimes victoriosa. Te crees triunfadora porque nadie te ha desterrado en cientos de años. Lápiz, lapicero, lapices de carpintero, de colores, de labios, de ojos, de recuerdos...

jueves, 3 de febrero de 2011

TEATRO

Bienvenidos al teatro de la vida. Se levanta el telón con su pesado terciopelo rojo para presentarnos el espectáculo de los sentimientos. Entre candilejas las almas retozan en busca del éxito final. Máscaras que cubren rostros cansados y ajados por la exposición al maquillaje de los años gloriosos. Se encienden los rabiosos focos iluminando situaciones dramáticas mientras las risas del respetable golpean la acústica de la sala. Suena la música ambiental. Los actores bailan su danza macabra para reforzar la pantomima de su vida. Una voz declama venganza. Tragedia de tintes míticos entre cíclopes y euménides, orestíadas y bacantes, salmodias y siluros. Encerrados en sus papeles luchan los comediantes para no confundir sus mentes entre lágrimas, risas y muerte. Todo se confunde cuando se apagan las luces y se acaba la función. Cae el telón con el aplauso. El murmullo del público permanece como un eco en la sala. La soledad llena el espacio. Mutis por el foro.

sábado, 29 de enero de 2011

NEGRO

Oscuridad indómita de la noche. Boca de lobo que abre sus fauces sin remisión. Abismo de océanos testigos de hundimientos. Géiseres de petróleo que rompen paisajes idílicos. Lutos y duelos de muertes súbitas. Negro dolor de enfermedad. Pieles exóticas de continentes lejanos que exploran nuestros instintos. Pantalla de televisión apagada y yerma. Fundido final en negro de películas olvidadas en el subconsciente. Irreversibilidad de un futuro sin salida. Pozo inexpugnable certificador de ecos minerales. Caída al infinito de pesadillas etílicas. Agujeros distendidos ante la excitación. Vuelo nocturno de murciélagos. Cuevas de agreste prehistoria de humedad perenne. Lunar que enloquece mis sentidos al contemplarlo. Callejón sin salida de vieja farola huérfana de corriente. Ojos cerrados. Muerte sin remedio. Negro sobre negro. Cuadro en negro. Fin.

martes, 25 de enero de 2011

SELVA

Vida vertical. Busca del sol. Lucha de seres en la maleza. Sonidos extraños no reconocibles. Susurros entre las hojas. Humedades creadoras de líquenes y musgos. Serenidad de gotas de lluvia estancadas. Microcosmos, microclima, microbios. De pronto, un silbido. Un ataque rápido, preciso. El dolor atenaza mi cuello. Brillos magenta y verde se remueven en mi visión lateral. El veneno mortal paraliza mis músculos faciales. No puedo gritar. Boqueo en busca de aire. Despierto sudoroso en la selva que es mi cama: sábanas, libros, sueños. Es solo una pesadilla. Son las 7 de la mañana. Oigo el tráfico filtrarse por mi ventana. Hoy no voy a ducharme. Necesito que el sudor selvático cree una capa inmune contra el día que se avecina. No soporto más este tedio. Me veo ante mi edificio de oficinas vertical. Brilla el sol. Todos luchan por coger el ascensor, entre ellos yo. Oigo ruídos mecánicos. La gente habla en voz baja. Salgo en mi oficina y la humedad del aire acondicionado golpea mi cara. Sé lo que voy a hacer y gotas de sudor recorren mi espalda. Mi trabajo, 30º centígrados, estornudo de rabia. Estoy ante la puerta del director, rebuzna. Entro, implacable. Le clavo el punzon en la garganta. Ve su sangre imparable mientras me aflojo mi corbata verde. Cae al suelo, se está muriendo. No puede gritar. Al fin respiro.

jueves, 20 de enero de 2011

ESPEJO

Sobre gruesas capas de maquillaje escondo mis arrugas. Ríos de sufrimiento circulan por mi cara en busca de nuevos espacios para apergaminar mi piel. Mis ojos caídos por el peso de los años se perfilan entre sombras irisadas sobre pestañas de postín que hacen ridículo mi aspecto. Mi frente amplia testimonia una alopecia galopante, en su intento de triunfar, mientras una falsa peluca, de bucles versallescos, esconde las miserias de mi cuero cabelludo. Unos lindos zarcillos metálicos decoran mis pequeñas orejas testimonio de insultos y varapalos decadentes. Mi pintalabios carmesí recorre esa obertura inmunda que es mi boca, retranqueada sobre una dentadura gris y careada. Los años han destrozado mi bonita sonrisa. Ahora soy una mueca grotesca de una muñeca ajada. Una nube de polvos de color remata mi obra de arte nocturna. Mi espejo declama y pide misericordia. Empieza el espectáculo. Hoy voy a triunfar. Seguro.

viernes, 14 de enero de 2011

POLVO

Suspensión. A contraluz vuelan libres, motas de polvo, partículas inmundas de entes superfluos que rodean los elementos. Depósitos frugales en espacios etéreos y cambiantes eliminados por la acción de la química. Partes unicelulares de uno mismo que, sin rumbo, caen creando grupúsculos triunfadores que ruedan por el linóleo. Cuerpos humanos reducidos a materias ímprobas en el decurso del tiempo. Incineración consciente de seres y almas en altos hornos que vomitan humo y cenizas. Reducción infinitesimal de sustancias y productos alimenticios reconvertidos en líquidos y gases que siguen su camino de reducción a la mínima expresión. Talcos purificadores de antaño curadores de roces y humedades. Polvo somos y polvo seremos. Madre Tierra, envuélvenos en tus manos y haznos partícipe de tu sufrimiento y tu castigo. El hombre no ha sabido cuidarte y volvemos a ti como símbolo expiatorio. A ti me entrego por siempre jamás.

sábado, 8 de enero de 2011

BLANCO

Pureza. Tranquilidad. Paz. Mi mente está en blanco como blanca es la luz de mi habitación de añiles paredes y sábanas blancas, testimonio de poluciones nocturnas blanquecinas de espermas inanes limpiados con pañuelos de blancura de celulosa. El frío penetra en el blanco tuétano de mis huesos y me pregunto si fuera estará nevando. Copos blancos aterrizan en superfícies coloridas eliminando su disparidad. Me decido a salir de mi encierro y arrastrando mis pies por el gélido mármol blanco del suelo me dispongo a desayunar un tazón de blanca leche con azucar. Me doy cuenta que mi mundo se ha vuelto blanco. Ya no hay tonos. Es como si el contraste de la televisión se hubiera roto. Quizás habrá una ceguera blanca, pero estoy viendo elementos. Voy a salir a la gris ciudad. Allí romperé con este blanco, lo ensuaciaré. Me pongo un tejano blanco y un jersey blanco y salgo a la calle. Abro la puerta y todo es blanco, no hay nada. Apoyo el pie en la acera y no hay calle. Caigo de forma infinita entre paredes blancas y puras y no hay nada. Todo es blanco.

miércoles, 5 de enero de 2011

CORTEJO

Alisado mi pelo con el agua de colonia y acicalado con mi mejor traje de los domingos me dispongo a pasear palmito por las calles de mi barrio. La loción de mi afeitado y el desodorante espray revolotea a mi alrededor cada vez que muevo mi torso para contemplar una bella señorita. Mis zapatos recién embetunados refulgen como azabache artificial sobresaliendo de mi cuerpo en forms de estandarte de elegancia. Me acomodo en mi traje sastre de pata de gallo, señuelo de épocas sofisticadas y anglófilas, aderezado con mi amplia corbata de motivos grutescos. De esta guisa y saboreando el aire primaveral llego al pequeño parque. Solo hay dos bancos. En uno, las palomas dan buena cuenta de las migas dejadas por alguna solitaria anciana y en el otro, una bella muchacha de plisada falda, lee afanosamente una novelilla barata en precario equilibrio sobre la esquina. Emocionado, noto un fragor en mi cara y un leve calambre en mi escroto. Me siento en su mismo banco. Inicio mi cortejo una vez más...