sábado, 1 de diciembre de 2012

FRÍO

El viento del norte azota la ventana de mis recuerdos. Mis manos escarchadas se esconden bajo mis axilas buscando la calidez de la lana mientras mi nariz toca el helado cristal. El cielo blanco, presagio de nieve abundante, es glaciar y plano. Las nubes no juegan en su escenario azul, están amontonadas a la espera de exhortar sus danzarines copos que congelarán ramas y setos. La chimenea humea en el salón mientras la leña crepita con su desesperado grito de incineración. Sentado de nuevo en mi mullido sofá, cubierto con una pequeña manta, rememoro el paso de los años. ¡Qué rápido pasa el tiempo! Juventudes perdidas entre pequeñas patas de gallo y calvicies incipientes, la falta del beso maternal olvidado, el abrazo del padre para animar esos días llenos de dudas, la energía de la diversión y la espontaneidad. Por todo eso tengo frío en el corazón. Mi calefacción central está estropeada esperando un reparador de almas que llene con fuego mi soledad. Creo que voy a seguir aquí sentado mientras mi alma se acaba de congelar...nadie me espera.

miércoles, 24 de octubre de 2012

MANOS

El campo se tiñe de hojas muertas. Una capa de susurros envuelven mis pies cansinos tras horas de deambular. Los altos álamos impiden que el sol furtivo penetre entre los ramales, que en su danza orgánica se unen. La luz ocre convierte mi cuerpo en una presencia marrón, sucia, oscura. Mis manos llenas de rasguños y sangre seca intentan recordar su función. Un día más me he levantado entre las cuatro paredes de mi cabaña construida en medio del bosque del dolor. No es necesaria la ropa: estoy solo. Mi cuerpo se cubre de la mugre de infinitos días de soledad y hastío. Apenas mastico un mendrugo de pan. No tengo rumbo, no sé adonde voy. ¿Por qué mis manos huelen a muerte?. Un segundo de lucidez me presenta a una joven perdida entre los arbustos. Mi instinto sexual abalanzándose sobre su blanca piel, enhiesto. Un grito, un fogonazo de dolor, mis manos en su cuello, mi mente asustada, la huida asesina. Seguiré corriendo entre el ramaje para que sus azotes sean mi placer mientras huyo de la mundanal gente. Quiero estar solo. Nadie me entiende. Solo.

martes, 18 de septiembre de 2012

BANDERA

Símbolo de fragores patrios, bella y exultante en lo alto del mástil, sucia y raída entre campos de batalla. Hombres y mujeres muriendo por sus colores, confortando su corazón en la izada entre himnos de milicias históricas, acariciando su tacto en manifestaciones multitudinarias. La humanidad necesita creer, no solo en ídolos, sino en enseñas de autoconfirmación. Mientras recalcitrantes poderes bélicos se emocionan ante su grandeza, madres noqueadas por la muerte de sus hijos en guerras invocan su estulticia. Éstas no entienden de fervor, solo sienten dolor. Territorios de convivencia, diplomacias agradecidas entre fronteras de tiralíneas, globalidad mal entendida, hambre en el llamado tercer mundo. Banderas que acogen diferencias, ondeando en satélites y planetas lejanos y que nunca dejarán de estar presentes entre los llamados héroes con sus féretros envueltos entre barras, estrellas y escudos. Arriemos la bandera del egoísmo. Seamos simplemente vida.

martes, 11 de septiembre de 2012

RETRATO

Humedades lagrimales restallan sobre el cristal mate de tu retrato. Marco que enmarca tu efigie serena y sincera, de mirada desafiante pero límpida, de nariz presencial afilada sobre una boca entreabierta, muda, oquedad de voz profunda llena de verdades y bellas palabras de consuelo. Ese pelo impertinente que tanto atusé en privado por miedo al que dirán y que ahora ralo descansa dentro de un sudario. Mi alma se rompe cuando pienso que nunca más podré decirte tanto como te quiero. Mi corazón de luto solo ve la negrura del abismo al que me sumo día a día, eclipse total de todos mis sentimientos perdidos en el fondo de mi mente. Vapores de antidepresivos que activan mi serotonina durante segundos efímeros de felicidad que de tornasolados se convierten en lodos grises. No puedo resistir tu falta, no puedo llorar más, no quiero acariciar más tu retrato. Caes al suelo. Sonido de cristales rotos, trozos de ti que se incrustan en mis pies descalzos. Al fondo del pasillo está la solución. Un lavabo. Un armario. Una cuchilla. Cierro la puerta de mi vida.

domingo, 19 de agosto de 2012

INFANCIA

Contemplando mi ajado álbum de fotos viajo a mi infancia, rodeado por los brazos maternos, entre olores de lavanda y heno de Pravia, de flanes de vainilla caseros, de canela en rama, de jazmines blancos. Miradas casi olvidadas de recuerdos infinitos entre estufas de leña y fogones de camping gas. Aromas de escabeches y arroces en cocinas económicas llenas de cortinillas bajas y fregaderos de piedra. Abuelas de negro permanente en lutos varios rodeándote entre sus brazos, mientras, hacendosas con su sempiterno mandil, servían al marido con muda obediencia. Emisiones en blanco y negro del único canal estatal entre efluvios de pan tostado con aceite. Suelos quebrados de cerámicas imposibles y papeles pintados humedecidos entre platos colgantes de santos varones y cuadros de ciervos masacrados. Despensas llenas de puntillas, platerías de filo dorado, copas de esgrafiado vulgar y botellitas de agua del Carmen... para los sustos. Un padre ausente, de olvidada emulsión Myrsol, trabajando a destajo, domingos inclusive. Juegos de combas y pelota en el pasillo, infancia perdida, recuerdos inalcanzables. Ya no existe nada de esto. Tristeza y añoranza.

domingo, 5 de agosto de 2012

SERMÓN

Apostado de rodillas, sobre la fría banca de esta iglesia, mis manos orantes imploran la redención. Solo ante Dios pido misericordia por una vida llena de nubes y sombras. El pórtico principal abre sus puertas y un haz de luz se introduce hasta el altar. Murmullo de voces, rumor de ropas y taconear de zapatos nuevos oscilan por la acústica mural de este templo de llanto y gozo. Sigo con mi dura genuflexión sobre la madera obviando la gente que empieza a rodearme. De golpe el silencio se instala entre el público asistente. Elevo la vista y sobre el púlpito aparece una figura mayestática, solemne, radiante, pura. No es el capellán de siempre. ¿Qué está pasando aquí?. ¿Por qué esa barba blanca que me ciega?. ¿Estaré viendo a Dios?. Inicia su arenga, empieza su sermón. Su voz cala mis huesos y me hace llorar. Los presentes se postran sin remisión a la fuerza vibrante de aquellas palabras y la paz llena nuestros corazones. Soy feliz y estoy pleno. Lloro y vació mi inmundicia. Arrepentimiento.

jueves, 19 de julio de 2012

PLAYA

Playa del olvido llévame donde el dolor no exista, empújame con tu pleamar a tu abismo para no recordar jamás la rabia que me envuelve cada día. Quiero que el sol abrase mi cerebro y así olvidarme de todo el daño que he hecho. Mis pies se hunden en la arena, ojalá fueran arenas movedizas para así fundirme y formar parte de la Tierra inmensa e inabarcable. Algas, conchas, medusas. Me voy a hacer un sudario para navegar infinitamente por el océano y ser mártir de la vergüenza y del odio que la gente siente por mí. Flotaré sobre el horizonte como un espejismo hasta chocar contra el fin del mundo. Mi carne putrefacta alimentará alimañas marinas, carroñeros que saborearán mis pecados. Soy la Muerte que cada día se lleva miles de personas y hoy he tomado la decisión de morir, sí, morir en esta playa desierta. Ahora, humanos, vagaréis por siempre jamás en este mundo que se hunde día a día. Bienvenidos a la inmortalidad...y al sufrimiento absoluto. RIP.

miércoles, 27 de junio de 2012

CARICIA

Cuarenta años de mi vida solo, un ermitaño en medio de la ciudad, ni una sola caricia. Mi piel se ha vuelto insensible, mis poros no se excitan ante el contacto de la ropa, mis dedos inertes son incapaces de tocarme. No tolero el roce de nadie. Mi vello solo se eriza con tan solo pensarlo. Quizás la ayuda de alguien me hubiera servido pero mi cuerpo es inane cuando visualizo aquellos abusos de la infancia. Mi onanismo es mi placer y mi cárcel, la pornografía mi ventana al sexo, el viento de la calle mi única caricia. Me encierro en mi cárcel de marfil para evitar un estrechado de manos, un abrazo, un beso amistoso. Creen que soy raro pero nadie entiende mi repulsa. ¿Tengo que ir con un panegírico en mi frente?. Quien me quiera que no se acerque, quien me aprecie que no intente besarme, necesito el recogimiento de mi propia dermis. No acepto la esponja de la ducha, apenas mi mano. Cuarenta años sin contacto pero soy feliz. 

jueves, 21 de junio de 2012

EUFORIA

Bello, poderoso, esencial, omnipotente, magnífico salgo a la calle con paso seguro. La velocidad de mi alma genera un haz de luz en mi campo visual, un hormigueo constante recorre mis órganos, soy pura felicidad. Necesito ser feliz mientras la gente admira mi gallardía, mi mente está en otra dimensión, mi ropa sobrevuela el viento primaveral. Estoy eufórico, pleno de vida, repleto de placer. Sonriente giro mi cabeza hacia la derecha y localizo un sobre en mi mano. No sé porque lo llevo encima... Noto un sudor frío por mi espalda, sintomatología de que el miedo se ha apoderado de mi cuerpo. Freno en seco. Una mujer azarosa se golpea contra mi y me insulta. Mi serotonina se ha cuajado de pronto. Me siento en un frío banco de piedra y entre la nubosidad de mis ojos extraigo un papel macilento y analítico. De nuevo el antidepresivo me ha jugado una mala pasada. Ahora escucho la voz del doctor, atronadora, recordándome mi corto plazo de vida. Una lágrima cae sobre los indicativos tumorales. No tengo fuerzas para levantarme, soy la muerte.

sábado, 9 de junio de 2012

PÁNICO

Noto las frías cadenas que envuelven mi cuerpo. Desnudo, sentado sobre mis heces y mis orines, entreveo la luz por una ventana de cristales polvorientos. Dejadme solo con mis heridas y mis gritos. No soporto más las lesiones en mi piel ni que mi cuerpo se resquebraje más. Pan y agua en un rincón mientras enormes cucarachas juegan entre mis pantorrillas. Imagino paisajes verdes y cielos añiles entre pájaros de dulces trinos...Un golpe seco, frío, al fondo del habitáculo. No, ¡por favor!. Otra vez no. Hoy ya son dos veces. Veo sombras bajo el soportal de hierro. La cerradura chirría como un cerdo degollado mientras mis manos tiemblan. Una blanca luz recorta el cuerpo imponente de una bestia inmunda que se acerca con su pestilente olor a alcohol. Se acerca mientras ensayo una sonrisa mellada y dócil para que el dolor sea menor. No hay piedad. El golpe en mi cara es sublime, directo. Me da la vuelta. Oigo una hebilla. Grito. Un fuego lacerante rompe mi interior. Sequedad, jadeos, noto  un hilo de saliva en mi espalda. Pierdo el sentido. Espero no despertar más. Quiero morir.

lunes, 28 de mayo de 2012

VERANO

Un nuevo sol dibuja líneas en mi cara. Enarco las cejas para recibir su energía mientras diminutas motas de polvo danzan ante mis ojos. El cielo raso y el tañido de las cigarras acompañan el balanceo de mi hamaca que baila al ritmo de los veloces abejorros. A lo lejos oigo el rumor del mar lánguido, plácido, sereno. Mi lengua recorre mis labios y noto el mar en ellos, salinas que se depositan en mi piel bronceada, esa mancha oscura del verano que desaparecerá con lo palidez otoñal de los tormentas. Una esponjosa nube juega con el sol al escondite mientras mi torso sudoroso agradece la sombra amable en plena canícula. Me abandono al sueño de la siesta mientras una novela frugal resbala de mi mano. Me sumerjo en un mundo azul, lleno de belleza y sonrisas, palmeras de postal y combinados espectaculares. Embarcaciones surcan horizontes infinitos mientras, apostado en la orilla del mar, la fina arena blanca me acaricia. No quiero más inviernos, solo quiero verano.

lunes, 9 de abril de 2012

SILENCIO

Encerrado, aislado, mudo. Solo cuatro paredes blancas e inmaculadas son testimonio de mi silencio absoluto, genuino, abisal. Acolchado en un mundo de algodones prefabricados sobre muros sin cantos, no hay salida para el momento final. Perdí el habla, desconecté del espacio-tiempo, no hay comunicación. Pronunciaba, decía, declamaba y nadie me escuchaba. Sandeces persicopédicas regeneradoras de sensaciones auditivas perdidas en los ecos de mi vida. Hace un año que decidí entumecer mi lengua y dejarla pegada al paladar. Mis palabras sinceras hirieron a quienes más quería. La gente no quiere escuchar verdades solo fantasías animadas y voces celestiales. Mi locuacidad me llevó a la soledad más pura e infinita. El silencio formó parte de la banda sonora de cada día hasta que empecé a oír voces que me hacían reír desbocadamente, graciosas, ágiles. Estuve riendo dos días sin parar hasta que conecté de nuevo con mi celda. Tras un portazo de hierro y cerradura me di cuenta que nada sería igual. Pertenecía al rango perturbado de los seres solitarios y silenciosos que no entienden la compañía. Parece que de nuevo oigo algo. Sí, es mi mejor amigo. El silencio.

miércoles, 28 de marzo de 2012

CASTIGO

La casa está en silencio. Sentado en mi camastro contemplo mis ajadas rodillas que asoman bajo el pantalón corto. La pared resquebrajada presenta una herida en forma de moho. La puerta combada por la humedad amarillea en su intento de cerrarse. La luz verdosa de la sucia tulipa titila amenazante. Hoy es viernes y he acabado las clases de la semana. Mis amigos están en la calle corriendo, escondiéndose, riendo. Yo espero la llegada de mi padre porque no me deja salir. Son las ocho de la tarde. El sol se esconde detrás de la uralita del tragaluz. Tarda más de la cuenta. Se estará bebiendo la semanada mientras fanfarronea con sus amigotes de barra sucia y putas baratas. Ya tengo doce años y no voy a permitir que me castigue más. Su última paliza me dejó inconsciente. No sé porqué me pega si me porto bien. Los vapores etílicos envuelven su hombría paterna y se revela contra mí como un vulgar impotente. Las llaves silenciosas topan con la cerradura y la puerta se abre entre accesos de tos nicotínica y primeros síntomas de cirrosis. Grita mi nombre mientras oigo como se desliza el cinturón de su pantalón. Sentado espero. No lo voy a permitir un viernes más. La puerta se abre en un exabrupto y aparece ese ser zafio llamado padre violador y castigador que no merece la vida. Recibo el primer correazo con devoción. Es el último. Sonrío, me levanto, me grita, me acerco y saco mi mano de detrás de la espalda. Veo sus ojos inyectados en el brillo del filo del cuchillo. La sorpresa se instala en su rostro cuando su pecho se convierte en una flor rosada de sangre. Le escupo. Muerto en el pasillo me voy hacia la mesa del comedor. Voy a hacer mis deberes. Luego llamaré a la policia.

miércoles, 14 de marzo de 2012

CIELO

Sentado en mi hamaca, meciéndo mi alma en el porche del mundo, contemplo un cielo límpido lleno de tonos azules que se desintegran con la llegada del atardecer. Amenazantes nubes púrpura sobrevuelan el horizonte cubriendo el marchito sol que ciega mis ojos cansados y tristes. Un avión sobrevuela el espacio dejando su estela plateada y un sonido sordo que acongoja mis sentidos. La belleza del preclaro día da paso a la incertidumbre de la oscura noche. Me agarro a este momento crepuscular pensando que quizás mañana no vuelva a ver ese cielo que me ha cubierto a lo largo de la vida. Definitivamente el sol ha escondido su último rayo y el verde campo ha desaparecido de mi campo de visión. En un esfuerzo titánico levanto mi osamenta de la hamaca y me introduzco entre las cuatro paredes que posiblemente sean las de mi cenotafio. Estoy tan cansado... La vida me ha dejado vivir más de la cuenta para sufrir eternamente. No me voy a quitar la ropa porque quiero recibir a la muerte elegantemente. Me estiro en mi tosca cama, cierro los ojos y espero. Silencio. Abro los ojos. Veo el sol entrar de nuevo por la ventana y como un trozo de cielo entra entre los jirones de la cortina. No ha podido ser. Otro día moriré. Me voy de nuevo al porche para contemplar el alba. Un día más.

martes, 28 de febrero de 2012

ORGÍA

Sudoroso y extasiado me entrego a la vorágine de cuerpos que este lecho me ofrece. Hastiado de no sentir placer y cansado de orgasmos secos en la intimidad de mi mano he decidido compartir mi cuerpo. Necesito la caricia insana e immunda de aquel que me utiliza solo por placer. Quiero gozar y cuando acabe quiero ignorar las boca, las manos y los ojos. Mis dedos tocan protuberancias inciertas en esta semioscuridad que me envuelve. Solo noto una gran excitación que rige mis actos en busca de zonas erógenas húmedas y receptoras de mi piel. Un pecho acaricia mis labios, una barba mordisquea mis pezones, una mano diestra estimula mi pene. Torrentes de sensaciones recorren mi médula espinal mientras mis piernas son exploradas en busca de mi retaguardia. Entrego mi alma al lascivo diablo que me ha traído a este paseo por el Averno sin control. Soy una serpiente que repta por encima de cuerpos jadeantes y resbaladizos. Me mimetizo con ellos y formo parte de esta orgía de sentidos que durante unos momentos me harán sentir fuerte y lleno de vida. Quiero ser algo.

domingo, 12 de febrero de 2012

HIELO

Carámbanos de hielo se alojan en lo más recóndito de mi alma desde que cerraste la puerta de tu corazón. Pátinas de vahos intermitentes decoran el paisaje de este febrero congelado y aciago. La calefacción no calienta lo suficiente esta piel reseca cubierta de harapos. Hace una semana que golpeaste mi pecho para decirme que me dejabas y hace una semana que golpeaste con un portazo la indiferencia de la fría venganza. Apoyo mi frente en el cristal de la ventana. Está helado. Dejo mi huella sobre su superficie mientras mis lágrimas humeantes ruedan sobre una barba abandonada. La escarcha asola el tejado de enfrente mientras un gorrión prueba de hacer equilibrios. No sé que hacer para calentar mis ánimos. No hay vuelta atrás, no quieres saber nada más de mí. Hace días que mis masturbaciones pensando en ti son secas. Noto mi cuerpo entumecido y pudiente al desalojarme de mis ropas que no he cambiado desde no sé cuando. La temperatura exterior es de 15º bajo cero. Abro la puerta de la terraza. Desnudo pruebo de deslizarme como un patinador patoso sobre el hielo. Mi vida no tiene valor. Me estiro sobre mi tumba gélida esperando el sueño reparador de la hipotermia. En mi mano retengo una carta de despedida para ti con un  simple "te doy mi alma". Mi cuerpo tiembla pero mi corazón nota un calor conciliador. Te quiero. Frío. Muerte.

viernes, 27 de enero de 2012

ARTE

Sinfonía de sentidos y sensación de multitud de bellezas explicadas en planos simbolistas y surrealistas. Contemplación de las formas en estado gravitatorio y ordenadas en el caos imaginario del artista. Figuraciones y abstracciones de pincelada desvaída y manchas texturizadas. Paisajes y naturalezas muertas realistas y atmosféricas llenas de niebla y podredumbre. Retratos insultantes y vigilantes de pose relajada en tres cuartos y perfiles majestuosos de tablas flamencas de refulgentes pigmentos minerales. Pinturas murales transparentes por la acción del tiempo y retablos rebosantes de pan de oro y azul ultramar de comitentes poderosos. Monstruosos templos erigidos a los dioses y catedrales de enjundia llenas de reliquias, joyas y vidrieras. Residencias palaciegas y monumentos heroicos, esculturas adosadas a fachadas y exentas en plenitud de gloria. Instalaciones efímeras de modernos museos y presentación del cuerpo como lienzo. Metrajes llenos de talento y representaciones dramáticas irrepetibles. Cada día convivo con el arte, con la belleza ejecutada por el hombre, con la ternura de los pinceles, pero la obra maestra más importante es respirar cada día, es vivir. Todos somos arte.

jueves, 12 de enero de 2012

CODICIA

Iracundo me enfrentó esta mañana al mundo. La niebla matinal y la escarcha infinita de mi ciudad me ofusca hasta lo indecible. El móvil no para de sonar con su tonadilla estridente y actual a la espera de un grito de negociación. Mis ojos inyectados en miles de anfetaminas planean sobre los caminantes a los cuales golpeo con mi andar rectilíneo y único. No he esquivado a aquella anciana y ha caído entre la suciedad de la acera. Así estará más cerca de la muerte. No soy humano, soy un pozo lleno de inmundicia, un perro rabioso que escupe espumarajos ante la sociedad que me envuelve y me llena de vacío frígido. Una lucha sin cuartel para hallar el trabajo de nuestra vida, el amor sin fin. Me río de todo eso. Todo está yermo, nada sobrevuela la felicidad, todo es negro sin contraste. Hoy puede ser el último de mis días como un don nadie. Odio mis contactos, odio mis amigos, odio el todo. Tras la elegante puerta de ébano me espera el infierno de la codicia, los movimientos bursátiles, las primas de riesgo. Con mi sonrisa de tiburón y mi mirada macroeconómica entro de nuevo en la vorágine. Hoy me como el mundo. Hoy voy a ser Dios.

martes, 3 de enero de 2012

REY

La algarabía de los niños retruena en la calle principal. Jamelgos y equinos pasean su majestuosidad guíados por los reyes, soñados por infinidad de mentes infantiles que piden ilusiones. Miles de caramelos sobrevuelan balcones y portales. Azorados, madres y criaturas, recogen el fruto dulce de la alegría, a la espera que esa noche los regalos lleguen por arte de magia bajo el arbol. Desde mi ventana contemplo la fiesta con una sonrisa hierática. Yo este año me he portado bien y solo voy a recibir carbón, del color del rey negro. De pequeño siempre entregaba mi carta al rey negro porque me asustaban aquellos ojos tan blancos. Quizás por eso recibí tan pocos regalos. Era buen estudiante pero mi padre era jornalero a destajo. Mi regalo ahora es la soledad porque así lo he decidido yo. Mañana por la mañana abriré mi regalo envuelto por mis manos y comprado por mí mismo. Sonreiré a la pared y saldré a la calle para hacer ostentación del presente. Feliz día de Reyes, mundo.