Suspensión. A contraluz vuelan libres, motas de polvo, partículas inmundas de entes superfluos que rodean los elementos. Depósitos frugales en espacios etéreos y cambiantes eliminados por la acción de la química. Partes unicelulares de uno mismo que, sin rumbo, caen creando grupúsculos triunfadores que ruedan por el linóleo. Cuerpos humanos reducidos a materias ímprobas en el decurso del tiempo. Incineración consciente de seres y almas en altos hornos que vomitan humo y cenizas. Reducción infinitesimal de sustancias y productos alimenticios reconvertidos en líquidos y gases que siguen su camino de reducción a la mínima expresión. Talcos purificadores de antaño curadores de roces y humedades. Polvo somos y polvo seremos. Madre Tierra, envuélvenos en tus manos y haznos partícipe de tu sufrimiento y tu castigo. El hombre no ha sabido cuidarte y volvemos a ti como símbolo expiatorio. A ti me entrego por siempre jamás.
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