miércoles, 26 de octubre de 2011

PIEDRA

Testimonio silente de rutas míticas acompañadas de cuádrigas veloces tiradas por corceles embravecidos por el viento que acompaña sus crines. Reductos de expolios y destrucciones de batallas excelsas, inmensas guerras creadoras de despojos. Caricias fluviales que redondean cantos que de tanto rodar se han convertido en polvo. Presencias misteriosas en desiertos ignotos caídas de erosiones múltiples en forma de vendaval nocturno. Almohadillados románicos acogedores de fieles y místicos que en sus genuflexiones han notado la frialdad pétrea. Texturas cinceladas por maestros artesanos para decorar edificios monumentales, vestigios de cultos y rituales báquicos y panatenaicos. Restos de culturas que siembran ruinas contempladas por ojos inexpertos. Placer rocoso de cuarzos brillantes, piritas plateadas y amatistas violáceas. ¿Quién dice que una piedra no siente?. Solo tu presencia causa respeto y yo te recojo para venerarte, oh resquicio milenario, y así contemplar toda tu inmensidad.

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