martes, 19 de febrero de 2013

IGLESIA

Sobre tierras reconquistadas sus criptas hacen de basamento. Monumentos solemnes de verticalidad aspiran a acercarse al cielo divino. Proporciones áureas y cuadraturas infinitas decoradas por pináculos, arbotantes y cimborrios. Espacios eternos de bóvedas entre crujías decoradas por sellos heráldicos. Coros, tribunas y deambulatorios llenos de feligreses que susurran invocaciones. Reliquias de cámara santa o sepulcro de pura devoción y entrega. Altares llenos de retablos imposibles que derraman sus santos sobre los ojos llorosos de los fieles. Vidrieras llenas de colores que matizan la luz anagógica preconizada por Suger. Bancales y confesionarios repletos de plegarias y arrepentimientos en forma de genuflexiones y taraceas. Estatuas vigilantes desde capiteles o portadas que asustan al infiel. Que nadie destruya jamás una iglesia porque nos perderemos todo esto. Amén.

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martes, 8 de enero de 2013

ESPERANZA

Otro año más deseándonos lo mejor. Otra cifra más en el calendario de la vida que nos acerca a la inopia. Todas las esperanzas unidas en un brindis cordial y afectivo lleno de ilusión, esperando qué nos va a deparar el mañana. Cada percepción es un sentimiento diferente, cada petición una genuflexión ante el futuro, cada deseo una angustia diaria. Los días serán números y los números cifras en cuentas bancarias casi ficticias. La política sorda arrastra los ideales hacia una oscuridad corrupta y letárgica. Los oficios escasos se convierten en bienes preciados al peor postor. No hay ayuda, no hay misericordia, quizás no hay ni Dios. Solo nos queda la esperanza de los solidarios, aquellos que amablemente apoyan a los que cada vez quedan más borrosos en el escalafón social. Yo puedo ser uno de ellos, cada día más mi nevera se llena de polillas. ¿Dónde ha quedado la esperanza?.

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sábado, 1 de diciembre de 2012

FRÍO

El viento del norte azota la ventana de mis recuerdos. Mis manos escarchadas se esconden bajo mis axilas buscando la calidez de la lana mientras mi nariz toca el helado cristal. El cielo blanco, presagio de nieve abundante, es glaciar y plano. Las nubes no juegan en su escenario azul, están amontonadas a la espera de exhortar sus danzarines copos que congelarán ramas y setos. La chimenea humea en el salón mientras la leña crepita con su desesperado grito de incineración. Sentado de nuevo en mi mullido sofá, cubierto con una pequeña manta, rememoro el paso de los años. ¡Qué rápido pasa el tiempo! Juventudes perdidas entre pequeñas patas de gallo y calvicies incipientes, la falta del beso maternal olvidado, el abrazo del padre para animar esos días llenos de dudas, la energía de la diversión y la espontaneidad. Por todo eso tengo frío en el corazón. Mi calefacción central está estropeada esperando un reparador de almas que llene con fuego mi soledad. Creo que voy a seguir aquí sentado mientras mi alma se acaba de congelar...nadie me espera.

miércoles, 24 de octubre de 2012

MANOS

El campo se tiñe de hojas muertas. Una capa de susurros envuelven mis pies cansinos tras horas de deambular. Los altos álamos impiden que el sol furtivo penetre entre los ramales, que en su danza orgánica se unen. La luz ocre convierte mi cuerpo en una presencia marrón, sucia, oscura. Mis manos llenas de rasguños y sangre seca intentan recordar su función. Un día más me he levantado entre las cuatro paredes de mi cabaña construida en medio del bosque del dolor. No es necesaria la ropa: estoy solo. Mi cuerpo se cubre de la mugre de infinitos días de soledad y hastío. Apenas mastico un mendrugo de pan. No tengo rumbo, no sé adonde voy. ¿Por qué mis manos huelen a muerte?. Un segundo de lucidez me presenta a una joven perdida entre los arbustos. Mi instinto sexual abalanzándose sobre su blanca piel, enhiesto. Un grito, un fogonazo de dolor, mis manos en su cuello, mi mente asustada, la huida asesina. Seguiré corriendo entre el ramaje para que sus azotes sean mi placer mientras huyo de la mundanal gente. Quiero estar solo. Nadie me entiende. Solo.

martes, 18 de septiembre de 2012

BANDERA

Símbolo de fragores patrios, bella y exultante en lo alto del mástil, sucia y raída entre campos de batalla. Hombres y mujeres muriendo por sus colores, confortando su corazón en la izada entre himnos de milicias históricas, acariciando su tacto en manifestaciones multitudinarias. La humanidad necesita creer, no solo en ídolos, sino en enseñas de autoconfirmación. Mientras recalcitrantes poderes bélicos se emocionan ante su grandeza, madres noqueadas por la muerte de sus hijos en guerras invocan su estulticia. Éstas no entienden de fervor, solo sienten dolor. Territorios de convivencia, diplomacias agradecidas entre fronteras de tiralíneas, globalidad mal entendida, hambre en el llamado tercer mundo. Banderas que acogen diferencias, ondeando en satélites y planetas lejanos y que nunca dejarán de estar presentes entre los llamados héroes con sus féretros envueltos entre barras, estrellas y escudos. Arriemos la bandera del egoísmo. Seamos simplemente vida.

martes, 11 de septiembre de 2012

RETRATO

Humedades lagrimales restallan sobre el cristal mate de tu retrato. Marco que enmarca tu efigie serena y sincera, de mirada desafiante pero límpida, de nariz presencial afilada sobre una boca entreabierta, muda, oquedad de voz profunda llena de verdades y bellas palabras de consuelo. Ese pelo impertinente que tanto atusé en privado por miedo al que dirán y que ahora ralo descansa dentro de un sudario. Mi alma se rompe cuando pienso que nunca más podré decirte tanto como te quiero. Mi corazón de luto solo ve la negrura del abismo al que me sumo día a día, eclipse total de todos mis sentimientos perdidos en el fondo de mi mente. Vapores de antidepresivos que activan mi serotonina durante segundos efímeros de felicidad que de tornasolados se convierten en lodos grises. No puedo resistir tu falta, no puedo llorar más, no quiero acariciar más tu retrato. Caes al suelo. Sonido de cristales rotos, trozos de ti que se incrustan en mis pies descalzos. Al fondo del pasillo está la solución. Un lavabo. Un armario. Una cuchilla. Cierro la puerta de mi vida.

domingo, 19 de agosto de 2012

INFANCIA

Contemplando mi ajado álbum de fotos viajo a mi infancia, rodeado por los brazos maternos, entre olores de lavanda y heno de Pravia, de flanes de vainilla caseros, de canela en rama, de jazmines blancos. Miradas casi olvidadas de recuerdos infinitos entre estufas de leña y fogones de camping gas. Aromas de escabeches y arroces en cocinas económicas llenas de cortinillas bajas y fregaderos de piedra. Abuelas de negro permanente en lutos varios rodeándote entre sus brazos, mientras, hacendosas con su sempiterno mandil, servían al marido con muda obediencia. Emisiones en blanco y negro del único canal estatal entre efluvios de pan tostado con aceite. Suelos quebrados de cerámicas imposibles y papeles pintados humedecidos entre platos colgantes de santos varones y cuadros de ciervos masacrados. Despensas llenas de puntillas, platerías de filo dorado, copas de esgrafiado vulgar y botellitas de agua del Carmen... para los sustos. Un padre ausente, de olvidada emulsión Myrsol, trabajando a destajo, domingos inclusive. Juegos de combas y pelota en el pasillo, infancia perdida, recuerdos inalcanzables. Ya no existe nada de esto. Tristeza y añoranza.