miércoles, 4 de mayo de 2011

PARED

Dos pájaros sucios y oscuros desgañitan sus gargantas en un intento de hacer llegar la primavera, colocados encima de la pared. El yeso ha creado una capa gris mezclando agua y contaminación. Una ventana, testimonio de luces nocturnas y oscuridades yermas, mantiene triunfal, sus cristales rotos por la acción de inocentes manos infantiles. La modernidad viene dada por los esprais de los grafiteros que han dibujado una enorme mosca verde aposentada en una enorme deposición. Frente a esa pared, la pared de mis últimos treinta años de vida, evoco los recuerdos paternos, la inocencia de la niñez, los tormentos de la adolescencia y esa primera madurez que contempla como en un segundo ha pasado toda una vida. Las frías máquinas gubernamentales han derruído el alma de mi casa para crear un centro comercial. Cariño versus neón, besos contra palomitas, familia ante el consumo. Nunca más podré traspasar esa puerta y decir "hola", porque ya no hay puerta, porque ya no tengo padres, porque he de irme. Los pájaros siguen su diálogo mientras me observan indecisos. Emprenden el vuelo. Yo también he de hacerlo.

1 comentario:

  1. esta asturiana sin esperar ser molestia se queda en tu magica morada cuajada de sensibilidad y belleza, un besin muy muy grande

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