domingo, 22 de mayo de 2011

RUMBO

Perdido en un mundo que nos rodea, acosado por el consumismo y el odio, busco mi rumbo. Zombis callejeros que pasean por aceras prefabricadas en busca de trabajo precario y comida congelada, seres que buscan compañías banales para un rato de ocio, títeres de una política bipolar y paranoica. Hace tiempo que no sé donde estoy. Me levanto y no sé para qué. Me lavo la cara para recibir las bofetadas de la agresividad capitalista. Como para acolchar los nervios en mi delicado estómago. Lucho para no poder pagar un alquiler ridículo. No sé que pasará mañana. El esfuerzo ya no es necesario: no hay resultados. La desidia se ha instalado en el corazón del desarrollo y el sentimiento de culpa se apodera de los ciudadanos que son perseguidos por la usura o por las fuerzas de estados hundidos. Hoy me he puesto de nuevo en pie, pero tengo una causa: gritar en silencio, aplaudir agitando mis manos, manifestar ante todos mi repulsa por lo que aún nos espera. Quiero vivir. Vivamos juntos. (A la plataforma 15-M).

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