miércoles, 2 de marzo de 2011

CALOR

El sol radiante amenaza un día más con su sofocante calor. Demasiados días de sudores vacuos y sensaciones húmedas. Los ánimos desfallecen entre los viandantes mientras orondas señoras airean sus cuerpos con abanicos de saldo. Tengo la impresión de que la gente está malhumorada y me mira mal. Quizás esta mañana no me he peinado. No, creo que es el calor que no da tregua desde hace dos meses. Bien pensado, una buena pelea no estaría mal para aplacar mi irritación. Pero mi buena voluntad frena a ese demonio interior y decido tomar algo fresco. Bajo una ampulosa sombrilla aparece el camarero que arqueando sus cejas me pregunta por la consumición. Indeciso por la premura no sé que contestarle. Enfadado me plantea la clara dicotomía de consumir o de irme. Es perfecto. Solo me faltaba esto. Me levanto, tiro su bandeja y con un puñetazo certero le rompo la nariz mientras noto como mis axilas transpiran de felicidad. Inconsciente lo abandono. No entiendo que ha pasado. Será el calor. O no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario