domingo, 12 de febrero de 2012

HIELO

Carámbanos de hielo se alojan en lo más recóndito de mi alma desde que cerraste la puerta de tu corazón. Pátinas de vahos intermitentes decoran el paisaje de este febrero congelado y aciago. La calefacción no calienta lo suficiente esta piel reseca cubierta de harapos. Hace una semana que golpeaste mi pecho para decirme que me dejabas y hace una semana que golpeaste con un portazo la indiferencia de la fría venganza. Apoyo mi frente en el cristal de la ventana. Está helado. Dejo mi huella sobre su superficie mientras mis lágrimas humeantes ruedan sobre una barba abandonada. La escarcha asola el tejado de enfrente mientras un gorrión prueba de hacer equilibrios. No sé que hacer para calentar mis ánimos. No hay vuelta atrás, no quieres saber nada más de mí. Hace días que mis masturbaciones pensando en ti son secas. Noto mi cuerpo entumecido y pudiente al desalojarme de mis ropas que no he cambiado desde no sé cuando. La temperatura exterior es de 15º bajo cero. Abro la puerta de la terraza. Desnudo pruebo de deslizarme como un patinador patoso sobre el hielo. Mi vida no tiene valor. Me estiro sobre mi tumba gélida esperando el sueño reparador de la hipotermia. En mi mano retengo una carta de despedida para ti con un  simple "te doy mi alma". Mi cuerpo tiembla pero mi corazón nota un calor conciliador. Te quiero. Frío. Muerte.

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