miércoles, 26 de octubre de 2011

PIEDRA

Testimonio silente de rutas míticas acompañadas de cuádrigas veloces tiradas por corceles embravecidos por el viento que acompaña sus crines. Reductos de expolios y destrucciones de batallas excelsas, inmensas guerras creadoras de despojos. Caricias fluviales que redondean cantos que de tanto rodar se han convertido en polvo. Presencias misteriosas en desiertos ignotos caídas de erosiones múltiples en forma de vendaval nocturno. Almohadillados románicos acogedores de fieles y místicos que en sus genuflexiones han notado la frialdad pétrea. Texturas cinceladas por maestros artesanos para decorar edificios monumentales, vestigios de cultos y rituales báquicos y panatenaicos. Restos de culturas que siembran ruinas contempladas por ojos inexpertos. Placer rocoso de cuarzos brillantes, piritas plateadas y amatistas violáceas. ¿Quién dice que una piedra no siente?. Solo tu presencia causa respeto y yo te recojo para venerarte, oh resquicio milenario, y así contemplar toda tu inmensidad.

domingo, 16 de octubre de 2011

FAMA

Entre somníferos y vahos de champán francés despierto aturdido. Una sábana de raso cubre mi cuerpo desnudo pero exfoliado por las lociones revitalizantes de la fama. Arrastro mi cuerpo hasta el cuarto de baño para ver si mi sigue cincelado y se sostiene un día más para hacer mi papel de galán. Cuarenta años es la vejez para el éxito y estoy a punto de cruzar la barrera. Aún no he hecho el papel de mi vida pero quizás lo consiga. Tomo mi vaso de whisky matinal y un Lexatin para soportar una nueva presentación pública. Desde la ventana del hotel veo a miles de seguidoras histriónicas que corean mi nombre. No voy a ducharme. Si alguna de ellas se acerca a besarme que se de cuenta que soy humano. Me introduzco en mi traje de marca sin ropa interior entre trago y trago, me atuso el pelo y me pongo mis gafas de ocultamiento. Estoy preparado para recibir la marabunta... ¿y si bajo en pantuflas?. ¿Crearé estilo?. No, te debes a tu asqueroso público. Elijo unos Gucci. Banales. Apoyo la mano en el pomo de la puerta, ensayo mi mejor sonrisa, respiro hondo. Adelante. Los flases me ciegan. Bienvenido al mundo de la fama.

lunes, 3 de octubre de 2011

OLVIDO

¡Cúantos años vividos de felicidad y alegrías concebidas entre aromas caseros y vainillas flambeadas!. ¡Cómo eran aquellos abrazos desinteresados y aquellos besos sonoros que ocupaban toda mi cara!. Los años se han llevado el cariño puro, eterno, redentor de la madre. La seguridad de que nunca faltará ese apoyo necesario para superar cada día, el fragor de esa colonia almizcleña y demudada que me recuerda a ti, los consejos inolvidables que asustaban mi corazón cada vez que cruzaba una calle. Y todo ese poder, ese vínculo madre-hijo, inolvidable en el pensamiento, se rompe en mi alma. Los años han pasado y los sentimientos se fragmentan cada vez que recuerdo aquella cama de hospital, aquella última gran sonrisa cuando te llevé una rosa, aquellos besos temerosos envueltos de incontinencia y fiebre. No puedo acordarme de los buenos momentos, esos los voy olvidando y viene a mi mente el aviso tardío hospitalario para darte mi último beso recíproco y llenarte la cara del aliento de la vida. Un grito desgarra mi interior porque te está olvidando y no quiero que sea así. Sólo olvido y duele.